La realización de actividades tendientes a mejorar el desempeño organizacional actual hacia lo interno, ofrece variadas posibilidades de iniciar un proceso de creación continua de valor sustentable. En este sentido, la reducción de los costos y los riesgos ocasionados por la generación no controlada de emisiones contaminantes y la ineficiencia en los distintos procesos operativos y productivos, pudiera conducir hacia el comienzo de una praxis colectiva materializadora de una estrategia preventiva de la contaminación y optimizadora del uso de los recursos de la organización, como parte de un proceso de mayor complejidad: la creación de la cultura de la sustentabilidad organizacional.
En cualquier organización, cuando existe un liderazgo decidido a emprender el camino de la sustentabilidad, es relativamente fácil mostrar al personal la necesidad de realizar mejoras progresivas en la reducción del desperdicio y las emisiones contaminantes dado que es algo que está generalmente a la vista de todos y forma parte de la cotidianidad de tal organización. Al romperse la transparencia, todos comenzamos a internalizar la necesidad antes mencionada y se puede iniciar el proceso de motivación e incentivos requerido a tales fines.
Si bien mostrar la necesidad de la sustentabilidad organizacional es relativamente fácil, no lo es el largo trayecto a recorrer para lograrla, dado que, como en todo proceso de cambio duradero, es indispensable incidir sobre la cultura organizacional para lograr los cambios actitudinales requeridos para compartir la visión de la sustentabilidad. Lo anterior constituye un proceso particular para cada organización, la cual con el apoyo o asesoría especializada puede diagnosticar el estado actual de su desempeño interno en materia de sustentabilidad y planificar para el corto, mediano y largo plazo las acciones mas adecuadas para convertirse en una organización sustentable, atendiendo tanto los aspectos técnicos como los aspectos socio culturales del caso.
