Se puede considerar la creación de valor sostenible como una estrategia fundamental para orientar las acciones tendientes al logro de la sustentabilidad organizacional, dado que incide tanto a lo interno como a lo externo, así como a los horizontes de corto, mediano y largo plazo de las organizaciones.
Este concepto ha sido desarrollado por Stuart Hart y Mark Milstein[1] y permite estructurar acciones sistémicas cuya implantación permite un atención armónica de los distintos elementos de las organizaciones para mantenerse como entes rentables y permanentes en el tiempo.
Los autores antes mencionados plantean la existencia de cuatro grupos de fuerzas impulsadotas de una economía regenerativa:
1. Las tendientes a la reducción del consumo de bienes materiales y la generación de contaminación asociada a los procesos productivos y administrativos
2. Las surgidas de la influencia creciente de los grupos sociales e institucionales en las actividades empresariales.
3. Las fuerzas generadas por la emergencia de nuevas tecnologías y la necesidad de innovación en las organizaciones, y
4. Los requerimientos derivados de los problemas globales asociados al ambiente, la pobreza y el consumo de recursos.
[1] Senge, P., Laur, J., Schley, S. Smith, B. y Kruschwitz, N. (2009). La revolución necesaria: Cómo individuos y organizacions trabajan por un mundo sostenible. Bogotá Norma.