El concepto de sustentabilidad organizacional, aunque complejo, es fácil de comprender e internalizar, pero no siempre la visualización de su materialización se capta sin dificultad. Quizás lo antes expresado se derive de las limitaciones en nuestra manera de abordar aspectos complejos en las organizaciones, los cuales requieren no olvidar la totalidad sistémica y compleja al incidir sobre los aspectos parciales en un orden de prioridad, en atención a las particularidades de cada caso.
A mi juicio, el proceso de materialización de acciones para lograr la sustentabilidad de una organización, debería responder a un convencimiento de los niveles estratégicos gerenciales sobre la importancia de destinar esfuerzos humanos y recursos físicos y financieros a tal fin. De esta forma el resto de niveles gerenciales y operativos de la organización puede motivarse e involucrase en las distintas acciones colectivas necesarias para el desarrollo de las acciones continuas orientadas al logro de tal sustentabilidad.
El camino hacia la sustentabilidad, supone una visión compartida de todo el talento humano de la organización, de los aspectos internos y externos, visualizados en el corto, mediano y largo plazo, que deberían ser revisados, mejorados o reorientados, tendientes a la eliminación de los factores restrictivos y fortalecedores de los factores promotores de la creación del valor sustentable. En este sentido, cada organización escoge la manera de avanzar en el camino antes mencionado, tomando en consideración, su visión, misión, contexto de actuación y estructura, entre otros aspectos.
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